El entrelazo entre el Covid-19 y el desarrollo de Lanari

Neeuko
5 min readSep 28, 2022

Por: Tanairy Soto

Ariana Ortíz frente al punto de venta de Lanari

En el año 1930, la mujer trabajadora puertorriqueña desempeñó un rol protagónico en la economía de Puerto Rico. Las mujeres emprendieron en la industria de la aguja a través del desarrollo de productos utilizando técnicas de costura, bordado y tejido, marcando un precedente en la historia social y económica de la isla. Actualmente, una de las técnicas del tejido que prevalece en el área oeste de Puerto Rico es el mundillo. Sin embargo, nuevas generaciones se han dado la tarea de investigar y emprender en la industria del tejido, adaptando los diseños y materiales a las necesidades ambientales y generacionales.

Sobre dicho tema estuvimos conversando con Ariana Ortíz, estudiante de la Escuela Ferre Rangel, quien comenzó a investigar la industria del tejido y desarrollar su idea de emprendimiento a raíz de la pandemia por el COVID-19. Al no tener qué hacer durante el “lock down” decretado por el gobierno de Puerto Rico, se dio la tarea de comprar un hilo y una aguja; ver tutoriales y, según nos comenta, a los tres días ya tenía una camisa hecha.

Fue así que se motivó a emprender en su propio negocio paralelamente con sus estudios de periodismo. Según nos comenta, cuando tejió su primera camisa para uso propio, se percató de sus habilidades y comenzó a desarrollar diferentes estilos de camisetas y faldas tejidas. Entonces, posteriormente, desarrolló otros modelos que subió a las redes sociales, logrando que el público se interesara y compartiera sus piezas en otras plataformas e inclusive le escribieron para comprar sus prendas de vestir. El público comenzó a escribirle mensajes como: “yo quiero una”, “si algún día las vendes yo quiero”, pero ella seguía firme en que no las iba a vender porque eso no era un negocio. Luego de una conversación con sus padres, la joven estudiante comenzó una travesía emprendedora a sus 17 años, utilizando una aguja que le regaló su madre y otros materiales que le brindó su familia, y estos fueron pieza clave en su formación como emprendedora.

De esta manera nace Lanari, una tienda de ropa tejida ecoamigable; la joven en su proyecto le brinda al cliente la opción de seleccionar el diseño, los tipos de hilo y las tonalidades para su prenda. Lanari, parte de la exclusividad, la joven provee a sus clientes un catálogo de productos con la posibilidad de cambiar los patrones, colores y el tipo de hilo. El propósito es que el cliente atempere el tejido a su estilo y personalidad; lo que fortalece la propuesta de valor de Lanari.

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Para Ariana Ortíz, la sostenibilidad juega un papel importante en el proceso de confección de sus piezas y durante la entrevista nos comenta su visión sobre la sostenibilidad:

“Mira, algo muy importante que me explicaron como emprendedora es que tu negocio no tiene que ser ecoamigable por el simple hecho de tu producto sea ecoamigable, tú puedes tener un empaque que sea con materiales reciclados y tener una producción responsable con el medioambiente, pero precisamente Lanari tiene las tres porque él empaque es hecho con materiales reciclados, la producción es completamente hecho a mano lo que no contamina el ambiente y no hay consumo energético.”

Durante su proceso de ideación y desarrollo de Lanari, Ariana ha contado con el equipo de Neeuko, Centro de Innovación Colaborativa de la Universidad del Sagrado Corazón, quienes le han brindado apoyo en el fortalecimiento de su idea a través de consultorías individualizadas. Cabe destacar que Ariana fue una de las ganadoras del programa de pre aceleración La Cepita 2022. El mismo es un programa donde los estudiantes de la Universidad del Sagrado Corazón tienen la oportunidad de desarrollar sus ideas de productos, servicios o experiencias mediante durante un periodo de 8 semanas. Para la estudiante, Lanari no fuese el negocio que es ahora, sino fuera por la capacitación y herramientas que le brindó el equipo de Neeuko, pues en ese entonces tenía un producto y lo estaba vendiendo, pero no tenía la idea organizada, tampoco había conceptualizado su idea en su totalidad ni había desarrollado los elementos visuales de la marca. En La Cepita 2022, la joven recibió talleres de contabilidad, mercadeo, aspectos legales, proyecciones financieras y consultorías con profesionales locales e internacionales. Como resultado, pudo desarrollar estrategias de comunicación visual y ventas en medios digitales. Además, aprendió a crear su logo, elegir la paleta de colores que representaba Lanari y comunicar su idea con claridad. Por otro lado, gracias a su dedicación y motivación por crecer su negocio, Ariana Ortíz diseñó y construyó su punto de venta móvil en las facilidades del Fab Lab Neeuko.

En un futuro, Ariana Ortíz, tiene como meta desarrollar su página web, expandir su línea de productos y continuar su comercialización en eventos locales e internacionales. También le interesa expandir su mercado a otras audiencias sin importar el género. La joven emprendedora le exhorta a todos los jóvenes que desean emprender, que utilicen los recursos que le brinda Sagrado y exploren su creatividad, ya que algo importante en el emprendimiento es innovar y no limitarse.

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Una palabra que ha acompañado a Ariana Ortíz en el transcurso del proceso de Lanari es el ser resiliente, porque en muchas ocasiones pensó que no podía, puesto que era una sola persona con un negocio hecho a mano, y por su mente pasó que su negocio en algún momento seguirá creciendo y no podría. Pero la resiliencia le permitió ver que ella podía escalar en la industria del tejido. Al igual que lo hicieron las mujeres trabajadoras puertorriqueñas en los años 1930, todas tenemos la oportunidad de marcar un precedente en la economía de nuestro país.

Si deseas conocer más acerca del proyecto de emprendimiento Lanari, te invito a que la sigas a través de las redes sociales a su página de Instagram como @lanaripr.

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